Debido a las necesidades que surgieron por el crecimiento de la profesión contable en la vida económica del país, se planteó la idea de edificar un establecimiento que albergara el Colegio de Contadores Públicos de México y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
Los primeros intentos por construir una sede propia se dieron en la década de 1960; sin embargo, no se concretó ninguna idea y fue hasta 1977 que se consideró la construcción de la Casa de la Contaduría Pública, cuando se iniciaron las campañas de elección del nuevo Comité Ejecutivo, encabezado por el C.P. José Carlos Cardoso Castellanos y quien consideró este proyecto como parte de su plan de trabajo.
De este modo, durante el bienio 1978-1980, con el C.P. Cardoso Castellanos, el sueño se vio materializado, y a pesar de las vicisitudes, se encontró el predio ideal y se consiguieron los fondos para la construcción. Fue así como -en medio de una crisis económica a la que se enfrentaba el país y que incrementaba las deudas contraídas, además del cambio de bienio y otras situaciones- el 30 de abril de 1982 se inauguró el edificio. Desde entonces, el Colegio se ha considerado como el espacio que representa el esfuerzo de los contadores públicos organizados a favor del desarrollo en México.
Eventualmente, el Colegio comenzó a crecer no sólo en presencia, sino también estructuralmente, ya que se originaron los primeros homenajes a quienes habían logrado que la profesión tuviera un lugar trascendente dentro de la economía y de la política del país, así como una casa propia. Por ello, en las instalaciones de la sede principal podemos encontrar diferentes ejemplos de admiración: fuentes, monumentos, bustos, placas y salones construidos en honor a contadores públicos destacados.
No obstante, por el paso del tiempo y como resultado de su desarrollo, el Colegio se vio en la necesidad de adaptar y modernizar sus instalaciones para satisfacer las necesidades de los socios. Hasta 2019, el edificio llegó a contar con nueve aulas destinadas a actividades de capacitación; posteriormente, a partir de la pandemia de Covid-19, se adoptó el uso de plataformas digitales para la transmisión en línea de su oferta educativa, al igual que las reuniones internas de comisiones de trabajo y de operación, por lo que gran parte de los salones fueron acondicionados con alta tecnología para realizar transmisiones a distancia de calidad.
El propósito de construir un lugar estable para el Colegio surgió por la necesidad de contar con instalaciones adecuadas para impartir cursos, seminarios y conferencias, pues de esta manera se promovería la excelencia profesional de los contadores públicos afiliados al Colegio.
En este sentido, durante la presidencia del contador José Carlos Cardoso Castellanos, en las reuniones de trabajo del Consejo Directivo permanecía imborrable la idea de contar con una sede propia. El entusiasmo se acrecentaba conforme maduraba el proyecto, que se empezó a materializar cuando Cardoso fue a visitar al Maestro Gustavo Mondragón Hidalgo, quien en ese entonces ocupaba el puesto de Contralor del Departamento del Distrito Federal (DDF).
En el encuentro se le planteó la idea, la cual recibió con agrado, y después de dos reuniones que se llevaron a cabo para explicar el proyecto, organizó un encuentro con el profesor Carlos Hank González, jefe del DDF, quien se sumó a la iniciativa e hizo llegar la solicitud del terreno al entonces presidente de la República, José López Portillo, quien con prontitud le abrió sus puertas al Patronato proconstrucción y, tras mostrarse a favor de la misión del Colegio, emitió el decreto con el que autorizaba al DDF a enajenar a título gratuito un predio de 3 mil 500 metros cuadrados, ubicado en Bosques de las Lomas. Dicho decreto fue publicado el 7 de abril de 1980, con lo que el objetivo comenzaba a alcanzarse.
En 1979, con la finalidad de preparar, consolidar y presentar el proyecto de construcción ante el regente del entonces Distrito Federal, el profesor Carlos Hank González, el Patronato proconstrucción del edificio sede funda el Comité de donativos básicos.
El Comité de donativos básicos se encargó de recaudar el 50% del costo total de la edificación. Con ello, se consigue la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que los donativos sean deducibles de impuestos; además, se exime al Colegio del 75% de los impuestos de escrituración del terreno. Asimismo, reunió a más de 100 voluntarios que visitarían a un aproximado de mil contadores y 500 empresas, a fin de obtener los fondos necesarios para terminar la construcción del edificio.
Entre socios del Colegio, despachos contables, empresas privadas, personas civiles y algunos donativos anónimos, el número final de donadores fue de 871. Cabe resaltar la participación del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, pues apoyó con el dinero obtenido por la venta de un terreno donde habían proyectado construir su sede y la de la Asociación de Exalumnos de la Escuela Superior de Comercio y Administración.
C.P. Gustavo Mondragón Hidalgo | C.P. Raúl Robles Segura | C.P. Carlos Isoard J. de S. |
C.P. Francisco Vizcaíno M. | C.P. Gustavo de la Serna V. | C.P. José Álvarez Jauregui |
C.P. Prudencio López Martínez |
C.P. José Carlos Cardoso Castellanos | C.P. Rafael Buerba Pérez | C.P. Carlos Calleja Navarro |
C.P. Javier de la Paz Mena | C.P. Arturo Elizundia Charles | C.P. Antonio Galaz Hoffman |
C.P. Jorge Federico Meade | C.P. Jaime Porter Zamanillo | C.P. Juan Salles Manuel |
C.P. Javier Uribe Álvarez | C.P. Manuel Velázquez D. | C.P. Agustín Venegas Martínez |
C.P. Alberto Núñez Esteva | C.P. Elena Andrade Izaguirre | C.P. Sergio M. de Uriarte |
C.P. Armando del Barrio A. | C.P. Alfonso Infante L. | C.P. Gregorio Mankita |
C.P. Raúl Ríos Terrazas | C.P. Leopoldo Romero E. | C.P. Jaime Del Valle N. |
C.P. Enrique Arroyo Morales | C.P. Luis Correa Quintero | C.P. Francisco Chevez Robelo |
C.P. Enrique Domínguez Mota | C.P. Gustavo Leal Benavides | C.P. Rafael Lores Rodríguez |
C.P. Enrique Rivas Zivy |
Dr. Melchor Rodríguez Caballero |
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El primer terreno que se donaría para el levantamiento del Colegio se encontraba sobre Avenida Constituyentes, en el entronque con Paseo de la Reforma y la carretera México-Toluca. Al ser casi un hecho la donación, se desarrolló el proyecto para construir el edificio; sin embargo, no se pudo llevar a término, ya que se edificaría un distribuidor vial en un espacio aledaño, por lo que la opción fue descartada y se buscó otro lugar que albergara la Casa de la Contaduría.
Después de analizar varios terrenos, se eligió uno ubicado entre las calles de Paseo de los Ahuehuetes Sur y Capulines, dentro del fraccionamiento Bosques de las Lomas. Frente a esto, la Asociación de Colonos se negó rotundamente a que se situara en este lugar, pero finalmente dieron su visto bueno para que se instalara en Tabachines 44, esquina con Paseo de los Ahuehuetes Sur.
El esquema elegido fue presentado por el Dr. Melchor Rodríguez Caballero, renombrado arquitecto que realizó varios proyectos para el gobierno del Distrito Federal.
El 7 de abril de 1980, en el Diario Oficial de la Federación, se hizo pública la donación del terreno por parte del Gobierno Federal al Colegio de Contadores Públicos de México. Al día siguiente, el 8 de abril de 1980, el profesor Carlos Hank González colocó la primera piedra.
El 20 de febrero de 1981 se iniciaron las obras de construcción con una comida que se organizó en el terreno donde se alzaría el edificio. A este evento asistieron los integrantes del patronato; el C.P. Luis Correa Quintero, entonces presidente del Colegio; el C.P.C. Humberto Murrieta Necoechea, entonces presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos; el Dr. Melchor Rodríguez Caballero, arquitecto a cargo de la obra, y un sinnúmero de personalidades de la profesión contable.
Entre otras actividades, se firmó el contrato de construcción y se dio un panorama general del proceso de cimentación. Es relevante mencionar que ese día fue posible entregar el primer pago de la obra gracias a lo recaudado por el Comité de Donativos Básicos; además, se compartió la noticia de la deducibilidad de los donativos.
El viernes 30 de abril de 1982, con la participación del entonces presidente de la República, el licenciado José López Portillo, se inauguró la sede principal del Colegio de Contadores Públicos de México y del Instituto Mexicano de Contadores Públicos.
Por primera ocasión, fue celebrada la Asamblea General de Socios, en la que se hizo un recuento de los hechos que permitieron que ese día por fin se inaugurará la Casa de la Contaduría Pública; incluso se narraron anécdotas de los contratiempos y cómo a pesar de eso se consiguió la meta.
Sin embargo, aunque ya se había inaugurado formalmente el edificio, todavía se encontraba en obra negra, carecía de energía eléctrica y comunicación telefónica, por lo que la mudanza fue paulatina y terminó hasta los primeros meses del año 1983.
Posteriormente, las instalaciones del Colegio se dieron a conocer: en aquel tiempo, el edificio estaba constituido por un salón de usos múltiples de 505 m2, un auditorio para 130 participantes, una cafetería, distintas áreas de exposición, una biblioteca y una librería destinada al fondo editorial del IMCP, además de dos pisos de oficinas, uno para talleres y servicios con 100 cajones de estacionamiento.
El objetivo principal de tener una sede propia siempre ha sido ofrecer un sitio de capacitación formidable donde concurra el mayor número posible de contadores; debido a esto, la estructura original del edificio del Colegio ha sufrido cambios. A continuación, se podrá observar el antes y el después de las áreas más representativas.
La estructura del edificio ha sido considerada una obra de arte de la arquitectura moderna, ya que contrasta el movimiento de las líneas inclinadas que la constituyen con el abismo que nace a sus pies; es como si retara a la naturaleza a permanecer estática y en armonía con los nuevos signos de los tiempos.
Contar con instalaciones idóneas permite al Colegio impartir cursos, conferencias, seminarios y jornadas de trabajo, así como intercambiar experiencias. De ahí que posea salones que fueron nombrados en honor a contadores públicos que, por su trabajo y profesionalismo, han contribuido a forjar la historia de la Contaduría en nuestro país.
Este salón fue contemplado en el proyecto original, por lo que se construyó primero. Ha sido considerado el más importante a lo largo de los años, ya que en él se llevan a cabo los eventos de mayor envergadura. El 25 de mayo de 1993, después de la modernización a la que se sometió, se inaugura formalmente con una capacidad para 500 personas y con el nombre de C.P. Fernando Diez Barroso, primer contador mexicano titulado. En esta misma ceremonia se develó su retrato, que se encuentra en la entrada del recinto.
Considerada una de las más antiguas del Colegio, esta aula también se contempló en el proyecto original de construcción; posteriormente se modernizó y fue reinaugurada en el año 2005 por el entonces presidente del Colegio, el C.P.C. Manuel C. Gutiérrez García, quien además fue asesor financiero del profesor Hank González y fungió como intermediario para solicitar la donación del predio donde se construiría el Colegio. Durante el mismo evento se develó el retrato del C.P. Mondragón Hidalgo, que se encuentra en el interior de este salón. Este recinto tiene capacidad para 195 personas, cuenta con una cabina de sonido y también es conocido como Aula Magna.
Este salón, de igual modo, formaba parte del proyecto original de construcción, pero se inauguró hasta el 12 de mayo de 1988 y en él se colocaron las fotografías de los contadores que han presidido los comités ejecutivos desde la fundación del Colegio. Este recinto surgió de la necesidad de tener un lugar donde se realizaran las juntas del Comité Ejecutivo, además de las sesiones y reuniones de trabajo del Presidente del Colegio con distintas personalidades o autoridades. Posteriormente, en el año 2004, se reinauguró con el nombre del C.P. Roberto Casas Alatriste, mismo que se le otorgó a la biblioteca, la cual, en aquellos tiempos, ya había sido donada a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El 9 de junio de 1989, en torno a los festejos del 40 aniversario de la Fundación del Colegio, se llevó a cabo un homenaje al C.P. Sealtiel Alatriste Abrego, en el que se inauguró un aula con capacidad para 45 personas y que lleva su nombre. Cabe mencionar que el C.P. Alatriste Abrego, además de haber fundado y presidido el Colegio, fue presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, Tesorero del Distrito Federal y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como un profesor muy destacado. En el año 2005 se develó un retrato en su honor que se colocó en ese salón.
Este espacio se divide en tres cabinas de transmisión con equipo de audio, video y señal que hacen llegar la oferta de capacitación del Colegio sin importar la distancia.
El 23 de agosto de 1989, también por los festejos del 40 aniversario de la Fundación del Colegio, se rindió un homenaje al C.P. Rafael Lores Rodríguez, quien presidió la asociación durante el bienio de 1986 a 1988 y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos en el periodo de 1993 a 1994. En esta celebración se inauguró una de las aulas con capacidad para 45 personas y a la que se le puso su nombre. La placa fue develada en presencia del presidente del IMCP y del presidente del Colegio de ese entonces: el C.P.C. Eduardo Argil Aguilar y el C.P.C. y P.C.FI. Enrique Arroyo Morales, respectivamente. En el año 2005 se develó el retrato del C.P. Lores Rodríguez, el cual se encuentra en este salón.
Hoy en día, el salón funge como estudio de grabación; es decir, en él se generan materiales audiovisuales sobre temas técnicos y mensajes de comunicación que se difunden en las redes sociales del Colegio y otros medios.
La construcción de este salón con capacidad para 120 personas se inició en el año de 1990, durante el bienio en el que el C.P.C. y P.C.FI. Enrique Arroyo Morales presidió el Colegio; sin embargo, fue inaugurado hasta el 17 de abril de 1991, en presencia del presidente entrante, el C.P.C. Francisco José Chevez Robelo, y el entonces presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, el C.P.C. Juan Antonio Cedillo Ríos. Más adelante, el 25 de mayo del año 2000, se reinauguró con el nombre del C.P.C. Manuel Resa García a manera de homenaje por su destacada carrera profesional como presidente del Colegio en el bienio de 1958 a 1960, como profesor y autor de obras contables. En 2005 se develó un retrato en su honor que se encuentra en el interior del salón.
Este salón, aunque construido en 1990, fue inaugurado el 17 de abril de 1991 en presencia del entonces presidente del Colegio, el C.P.C. Francisco José Chevez Robelo. En principio se utilizó para instalar equipos de cómputo, (eran 25 en ese momento) con el objetivo de facilitar la capacitación de hasta 50 participantes. Posteriormente, en 2005, fue remodelado: se removieron los equipos de cómputo y se modernizó la instalación ampliando la capacidad a 85 personas. Finalmente, se reinauguró bajo el nombre del C.P. Alfredo Harp Helú, rindiéndole un homenaje al promotor de la institucionalización de la Bolsa Mexicana de Valores S.A.B. de C.V. y entonces presidente del Grupo Banamex. En esta misma ceremonia se develó un retrato en su honor que se encuentra en el aula.
Este salón, desde el 25 de mayo de 200, alberga el Museo de la Contaduría Pública; es decir, la historia del Colegio y de la profesión contable. Posteriormente, el 20 de febrero de 2002, durante el bienio en el que el C.P.C. Roberto del Toro Rovira presidió el Colegio, se llevó a cabo una misa de acción de gracias para bendecir las nuevas instalaciones, entre ellas dicho recinto.
A lo largo de los años, el museo se ha reacomodado de distintas formas para la exhibición de piezas. La más reciente fue en 2021, cuando se instaló un muro introductorio, se protegieron las máquinas de piso con una base de exhibición y se colocó un sistema de iluminación adecuado.
La inauguración de este salón, el cual tiene capacidad para 80 personas, se llevó a cabo el 20 de febrero de 2002. En el recinto se encontraba la biblioteca C.P. Roberto Casas Alatriste, que después fue trasladada al Salón C.P. Refugio Román Almonte; finalmente el acervo bibliográfico se donó a la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México. Algunos de los logros más destacados del C.P. Mancera Aguayo fueron haber sido presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos y director del Banco de México.
En el año 2000, las instalaciones del Colegio se sometieron a una gran remodelación que incluyó la construcción de más aulas; a una de ellas se le nombraría C.P.C. Francisco José Chevez Robelo en honor a quien presidió el Colegio durante el bienio de 1990 a 1992 y el programa El Rostro Humano de la Contaduría Pública. El aula se inauguró formalmente el 25 de mayo de 2005, durante el periodo en el que el C.P.C. Manuel C. Gutiérrez García estuvo al mando. En esta misma ceremonia se develaron la placa y el retrato del C.P.C. Chevez Robelo, las cuales se encuentran en el salón.
Actualmente, el salón contiene el equipo necesario para la transmisión en línea de los cursos disponibles.
Dentro de la construcción del edificio se consideraron distintos espacios que pudieran ofrecer servicios variados a los socios del colegio.
Las oficinas se hicieron de tal manera que todo el personal operativo, en equipo, desempeña sus funciones y siempre otorga la atención requerida. Además, en los interiores siempre se ha contado con un ambiente agradable, relajado y abierto para colaboradores y socios.
Al momento de su planeación, el objetivo de las instalaciones era que fueran amigables tanto a la vista como a la estadía, como la biblioteca C.P. Roberto Casas Alatriste antes de ser trasladada al Salón C.P. Refugio Román Almonte para después donarse a la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM.
En un afán por demostrar reconocimiento, el Colegio también ha colocado una serie de bustos que representan a las personalidades honorables que cimentaron la Contaduría Pública en México gracias al impulso que le dieron a la profesión para abrirle camino en la vida económica y política del país.
El primer homenaje organizado por la Casa de la Contaduría se celebró el 8 de diciembre de 1982, con motivo del 75 Aniversario de la titulación del primer contador mexicano, el C.P. Fernando Diez Barroso. Por ello, en la entrada del edificio fue colocado un busto en su honor para que dirigiera simbólicamente todas las actividades que se llevan a cabo en las instalaciones.
Ahora bien, Fernando Diez Barroso fue el primero en obtener el título de Contador de Comercio el 25 de mayo de 1907, con la tesis Bancos hipotecarios; en 1925 revalidó su título a Contador Público. Se dedicó a estudiar, investigar y proyectar la profesión contable en el país. Asimismo, fue fundador y primer presidente del Instituto de Contadores Públicos Titulados de México, hoy Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Considerado emblema de una profesión contable moderna que coadyuvó a forjar la nación, fallece en 1930.
En 1983, el Colegio le rindió homenaje al C.P. Luis Montes de Oca en una ceremonia donde se develó un busto en su honor. Primero se colocó junto al busto del C.P. Fernando Diez Barroso, pero posteriormente se trasladó al jardín.
Presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos y secretario de Hacienda y Crédito Público en las administraciones encabezadas por Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil y Pascual Ortiz Rubio, el C.P. Montes de Oca formó parte de la reorganización de la contabilidad gubernamental. Además, se desempeñó como director del Banco de México en 1935 y como presidente de la Asociación de Banqueros de 1947 a 1948. Aunado a ello, realizó comentarios para diversas columnas periodísticas, así como numerosos artículos publicados en diferentes medios. Falleció el 4 de diciembre de 1958.
Develación del busto en honor al C.P. Luis Montes de Oca, en la que estuvieron presentes el C.P. Wilfrido Castillo Sánchez Mejorada, entonces presidente del Colegio, y el arquitecto Gustavo Velasco Adalid, sobrino del C.P. Montes de Oca.
Por décadas, el Colegio ha pronunciado su admiración por la labor de la C.P. Refugio Román Almonte, lo cual se vio materializado el 13 de junio 1983, cuando en una ceremonia se develó un busto en su honor. En el evento estuvieron presentes el C.P. Wilfrido Castillo Sánchez Mejorada, entonces presidente del Colegio; las integrantes de la Comisión Femenil; el escultor y arquitecto Victor M. Gutiérrez Guerra, autor del busto, y la C.P. Dolora Roldán Román, hija de la homenajeada.
La C.P. Refugio Román fue la quinta mujer egresada de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la primera en revalidar su título por uno de Contadora Pública. Asimismo, formó parte de los Socios Fundadores y del primer Comité Ejecutivo del Colegio; además, impartió clases en la ESCA, en la Escuela Bancaria y Comercial, en la Escuela Miguel Lerdo de Tejada, exclusiva para mujeres, en la Escuela Doctor Mora y en el Instituto Tecnológico de México. Incursionó también en el mundo de las letras con la novela Iztaccíhuatl y con el poema “Clemencia Isaura”. Falleció en 1960.
Develación del busto de la C.P. Refugio Román Almonte, en la que estuvieron presentes la C.P. Dolora Roldán Román y la C.P. Dora Azpeitia de Olvera, entonces presidenta de la Comisión Femenil.
El 29 de junio de 1984, al entregar al Colegio un busto en su honor, la asociación de ex Decas, A.C. rindió homenaje al contador que fundó uno de los despachos más prestigiosos, mismo que lleva su nombre, el C.P. Roberto Casas Alatriste.
Integrante de la Comisión de Presupuesto y Crédito Público y Gerente Financiero en las negociaciones con Estados Unidos durante el gobierno de Adolfo de la Huerta, el C.P. Casas Alatriste también participó en la fundación del Instituto de Contadores Públicos Titulados de México, que presidió en dos ocasiones. En 1951, durante la Segunda Conferencia Interamericana, fue nombrado Contador Emérito de América, máximo galardón otorgado para la profesión en ese momento. Por otro lado, entre sus mayores logros en el campo educativo está haber fundado la Escuela Bancaria y Comercial. Falleció en 1967 en la Ciudad de México.
Como parte de la ceremonia de Entrega de Certificados de Educación Profesional Continua, realizada el 14 de mayo de 1986, se develó un busto y una placa en honor de quien fue el primer presidente del Colegio: el C.P. Rafael Mancera Ortiz. El evento se llevó a cabo en presencia de quien entonces dirigía el Colegio, el C.P. Carlos Javier de la Paz Mena, y de Gabriel Mancera Aguayo y Miguel Mancera Aguayo, hijos del homenajeado.
Nacido en 1895, el C.P. Mancera Ortiz estudió Contaduría Pública y Auditoría en la Escuela Superior de Comercio y Administración y se tituló en 1925 con la tesis Ferrocarriles. Impulsó el surgimiento del Instituto de Contadores Públicos Titulados de México y en 1949 fue nombrado presidente del Colegio de Contadores Públicos, además de ser Oficial Mayor de la Contraloría General de México y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Llegado su tiempo, fundó el despacho Contadores Mancera e Hijos. Asimismo, fue presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos de 1929 a 1930 y de 1959 a 1961. Impartió cátedra en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Instituto Politécnico Nacional, además de interesarse por publicar artículos en diversos medios. Finalmente falleció en 1968.
Develación del busto en honor al C.P. Rafael Mancera Ortiz, en la que estuvo presente el C.P.C. Jorge Barajas Palomo, entonces presidente del instituto.
Dentro de las instalaciones del Colegio se pueden encontrar fuentes y monumentos que forman parte del homenaje que se hace a los profesionales contables.
La cruz de cantera que posee el Colegio es un homenaje a Rodrigo de Albornoz, primer contador elegido por el rey de España para que revisara las finanzas del virreinato de la Nueva España. Asimismo, está dedicada a todos aquellos hombres del mundo prehispánico que aportaron conocimientos a la profesión. Forma parte del conjunto de esculturas y monumentos que se inauguraron durante el bienio 2000-2002, en el que el C.P.C. Roberto del Toro Rovira estuvo al frente.
Con motivo del 50 Aniversario del Colegio, se realizaron varios eventos de celebración. El 9 de junio de 1999, el C.P. Joaquín Gómez Álvarez, entonces presidente del Colegio, acompañado del C.P.C. y del P.C.CA. José Carlos Cardoso Castellanos, develó la escultura de bronce que representa el medio siglo de vida de la asociación.
En la escultura se observa el número 50 unido por una línea continua; el cero engloba el símbolo del ying-yang, antiguo logo del Colegio, acompañado de la palabra veritas. En la base, insertadas en una estructura de lámina de acero, se encuentran 12 rayas verticales; cada una representa el número 20, según la numeración náhuatl, por lo que al multiplicarse da un total de 240. A esta cifra se le suman siete puntos representados por tubos enrollados que, a su vez, fueron adosados al lado izquierdo de dicha lámina. El cálculo final de lo anterior da un resultado de 247, cifra que simboliza la cantidad de socios fundadores que dieron origen al Colegio.
Develación de la Escultura 50 años, en donde se encontraban presentes el C.P. Joaquín Gómez Álvarez, entonces presidente del Colegio, y el C.P.C. y P.C.CA. José Carlos Cardoso Castellanos.
El 10 de junio del año 2000, como parte de los festejos del Día del Contador, se llevó a cabo la 7° Gran Paellada, en la que se inauguró la fuente instalada en la Rotonda de las Rosas del Colegio, que a partir de ese momento se conocería como Rotonda C.P. Dolora Roldán Román.
En presencia del C.P.C. Roberto del Toro Rovira, entonces presidente del Colegio, del C.P.C. Jesús E. Hoyos Roldán y de la C.P.C. Consuelo Vázquez Palomares, se develó la fuente y la placa con las que se rindió homenaje a la contadora hija de Refugio Román, nacida el 17 de febrero de 1915. La C.P. Roldán Román recibió el título de Contadora Pública ante la Universidad Nacional Autónoma de México el 27 de diciembre de 1933, con la tesis La industria minera en México. Con ello, logró ser la séptima mujer en obtener el título en la máxima casa de estudios. De igual modo, forma parte de las socias que fundaron el Colegio y junto a su madre, el 1° de junio de 1937, erigió el despacho Roldán y Román Contadores Públicos y Auditores.
Inauguración de la Rotonda C.P. Dolora Roldán Román, donde se encontraba la familia Hoyos Roldán junto con el C.P.C. Roberto del Toro Rovira, entonces presidente del Colegio, y su esposa.
Este conjunto de fuentes gemelas "constituidas cada una por un muro de 30 elementos que están sobre la imagen del ying-yang, logo antiguo del Colegio" está dedicado a la unión entre el Instituto Mexicano de Contadores Públicos y los 60 colegios afiliados, los cuales representan a la Contaduría Pública a nivel nacional. Fue inaugurado el 17 de agosto de 2001 por el C.P.C. Alfonso Tomás Lebrija Guiot y el C.P.C Roberto del Toro Rovira, entonces presidentes del IMCP y del Colegio, respectivamente.
El 19 de octubre de 2001, en presencia de las autoridades del Colegio, se celebró un evento especial en el que se homenajeó al C.P. Joaquín Gómez Morfín y se inauguró una fuente con su nombre.
El C.P. Gómez Morfín es considerado socio fundador del Colegio de Contadores Públicos de Monterrey, fue presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos y formó parte de los creadores del primer órgano de difusión del Colegio: la revista Dirección y Control. En 1959 se le nombró presidente de la revista, puesto que ocupó hasta abril de 1963. Asimismo, editó tres libros: Introducción al estudio de Derecho y nociones del Derecho Civil, Contabilidad razonada y El éxito en el ejercicio de la Contaduría Pública.
En la inauguración de la Fuente C.P. Joaquín Gómez Morfín estuvieron presentes el C.P. Joaquín Gómez Morfín, Margarita Álvarez y el C.P.C. Roberto del Toro Rovira, entonces presidente del Colegio.
Con el fin de celebrar los acuerdos contraídos para llevar a cabo obras en terrenos aledaños al edificio principal del Colegio, los cuales fueron concesionados por la Comisión Nacional del Agua, se develó una placa por el licenciado Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, en presencia de las autoridades del Colegio. El acto se llevó a cabo el 14 de noviembre del 2001, como parte del evento para entregar la presea Rafael Mancera Ortiz.
Develación de la Placa de la Comisión Nacional del Agua, evento en el que estuvo presente el licenciado Andrés Manuel López Obrador.
Con una escultura de piedra labrada, el Colegio le rinde homenaje a Fray Luca Pacioli, nacido en Italia en 1445 y considerado el Padre de la Contaduría. Se sabe que este religioso resumió los conocimientos matemáticos de su época en la obra Suma de aritmética, geometría, proporciones y proporcionalidad (1494), en la que se hallan referencias al cálculo de probabilidades, al método de la partida doble y a diversos temas relacionados con libros contables. Se presume que este libro es la base de la contabilidad moderna, ya que fue el primer texto impreso sobre el tema. Además, Fray Luca Pacioli fue profesor de Aritmética en diferentes ciudades italianas. Finalmente falleció en 1517.
La escultura en su honor también fue develada el 14 de noviembre de 2001, en torno a la entrega de la presea Rafael Mancera Ortiz, por el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, el licenciado Andrés Manuel López Obrador. El evento fue en presencia del C.P.C. Roberto del Toro Rovira, y demás asistentes.
El 13 de diciembre de 2001, durante el bienio en el que el C.P.C. Roberto del Toro Rovira presidió el Colegio, se rindió homenaje a las mujeres que se han desempeñado en la profesión. En el jardín, a manera de monumento, se erigió un busto con el fin de celebrar el 350 Aniversario del Natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz. En éste, a su vez, se colocó una placa para las socias fundadoras del Colegio y la Comisión Femenil.
A lo largo de los años, el Colegio ha reconocido a las instituciones educativas que dieron vida a la Contaduría Pública; muestra de ello es la fuente que se inauguró en su honor en febrero del año 2002, durante el bienio en el que el C.P.C. Roberto del Toro Rovira presidió el Colegio. En la estructura de la fuente se pueden observar los emblemas de las principales casas de estudio donde se forman los contadores del país: la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, además del logo de las respectivas facultades donde se imparte la carrera y las referencias a la Escuela Bancaria Comercial, la Universidad ICEL y la Universidad del Valle de México.
En el año 2004, el logo del Colegio, representado por el ying-yang, fue cambiado por el de un sol; esto, a fin de modernizar y unificar la imagen con la que se identifica a la profesión contable.
Este sol representa los dos ejes fundamentales de la Contaduría Pública: la combinación de las siglas C.P. y el signo de pesos ($); éstos, a su vez, conforman un signo de infinito que simboliza la aportación del contador a la sociedad, al gremio y a sí mismo, dotándolo de identidad.
Durante 12 años este nuevo emblema sólo estuvo presente de forma impresa; es decir, no se contaba con una representación tangible. No obstante, el 17 de octubre de 2016 se inauguró, en el jardín, la Rotonda de la Contaduría, obra interactiva que honra la grandeza de la profesión y que nos permite apreciar el significado del emblema. Este espacio marca el camino en ascenso de la profesión, pues el Colegio tiene una gran labor por delante que no se limita a igualar las metas alcanzadas, sino a superarlas, algo que seguramente logrará.
El 25 de mayo de 2002, en torno a los festejos del Día del Contador y con motivo del 20 Aniversario de la inauguración del edificio que alberga el Colegio de Contadores Públicos de México y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, se develó una placa labrada en piedra de cantera que representó la consolidación del vínculo entre el Colegio y la Academia de Estudios Fiscales, así como la convivencia profesional de ambas asociaciones. El evento se llevó a cabo con el entonces presidente de la academia, el C.P.C. Francisco Macías Valadez Treviño.
Develación de la placa a base de cantera de la Terraza Academia de Estudios Fiscales, en la que estuvo presente el C.P.C. y P.C.F. Luis Gabriel Sienra Pérez, entonces presidente del Colegio; el C.P.C. Francisco Macías Valadez Treviño, entonces presidente de la Academia de Estudios Fiscales, y el C.P. José Manuel Pintado Nieto.
En 2022, el espacio de la terraza se renovó para que colaboradores o visitantes disfrutaran de mayores comodidades.
Es el espacio más nuevo del Colegio. El objetivo principal de su construcción fue crear un lugar agradable para los socios o para eventos con pocos participantes.
Anteriormente, esta área comunicaba con las instalaciones del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, pero hoy se ha cerrado para otorgarles un lugar de convivencia a los socios. Además, tiene acceso directo desde la fachada principal, por lo que no es necesario entrar al edificio.
La terraza está dedicada a la memoria del contador Antonio Carlos Gómez Espiñeira, expresidente del Colegio, del IMCP, de la Academia Mexicana de Auditoría al Desempeño (AMDAD) y la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC) e integrante del comité de selección del Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). El espacio fue inaugurado el 25 de noviembre de 2021 por el entonces presidente del Colegio, Juan Carlos Bojorges Pérez, con la presencia de autoridades de la institución y familiares de Gómez Espiñeira.
En la terraza podemos encontrar el muro de socios vitalicios benefactores, que es para aquellos que, posterior a adquirir la categoría de vitalicios, aporten 10 años o más de cuotas voluntarias o participen en las comisiones de trabajo, programa creado durante 2021.
Debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, tuvo que aplicarse un cambio disruptivo en la operación interna y la atención a socios, por lo que las instalaciones se cerraron y paulatinamente se adaptaron a una nueva forma de trabajar.
Además de que hoy los servicios del Colegio se ofrecen a distancia, las oficinas internas fueron desmanteladas y se acondicionó un espacio de trabajo abierto para favorecer la comunicación y colaboración del equipo interno, integrantes que en su mayoría trabajan en modalidad de home office. Lo anterior permite la optimización de los recursos del Colegio y requiere la inversión en sistemas y herramientas digitales para que nuestros servicios evolucionen.
El Colegio ha invertido en equipo de alta calidad para que el audio, el video y la señal siempre cuenten con la seguridad necesaria para seguir llegando a los socios de la mejor manera posible y a pesar de la pandemia.
Hoy en día, el ejercicio contable ha adquirido mayor prestigio debido a la profesionalización que ha creado en diferentes disciplinas. Por este motivo, esta exposición tiene el objetivo de mostrar las evidencias que los contadores públicos han dejado en su camino desde el momento en el que surgió la idea de contar con instalaciones adecuadas para cumplir con la misión del Colegio: generar servicios de valor y calidad que permitan enriquecer el desarrollo personal y profesional de los contadores públicos, así como de aquellas personas que se interesen en el recorrido histórico de una de las labores más valiosas.
Sin embargo, el edificio que acoge al Colegio continuará evolucionando o modernizándose constantemente "como lo ha logrado hasta ahora" con base en las necesidades de sus trabajadores, colaboradores y, sobre todo, para darle cada vez un mejor servicio a los socios. Lo anterior, porque la sede del Colegio no sólo crece para abrirle camino a nuevas tecnologías o nuevos espacios, sino que también son prioridad todas las personas que hacen posible el desarrollo de esta institución.
La historia de las instalaciones que le dan hogar al Colegio de Contadores Públicos de México no termina aquí, pues va ligada a la historia misma de la profesión contable, y ésta, como bien busca representarlo el símbolo del Colegio, seguirá otorgándole infinitas aportaciones a la sociedad, al gremio y a los contadores públicos en sí, dotándolos de identidad.