Orgullo y lucha por la comunidad LGBTTTIQAP+
Por Freddi Cayetano López
Universidad Iberoamericana

En junio celebramos un año más de la inclusión y aceptación de la comunidad LGBTTTIQ+, y es que fue a través del famoso conflicto en Stonewall, un lugar dedicado no sólo a la creatividad y a la diversión, sino también un espacio de resistencia política donde justo el 28 de junio de 1969, surge un movimiento social que exigió respeto y libertades en la diversidad sexual.
Desde entonces los movimientos a favor de la diversidad sexual hablan del orgullo para referirse a la lucha por los derechos y eliminar las ideas negativas sobre las personas de la comunidad LGBTTTIQAP+, así como para afrontar los prejuicios que se concebían como patológicas, anormales, inmorales y perversas. Tras celebrar la 43° edición de la marcha del orgullo, debemos recalcar que México es uno de los países con mayores protecciones legales para la diversidad sexual, mismas que están implícitas en la Constitución, ya que se prohíbe la discriminación, sin embargo: "La problemática es la discriminación porque ahí sí estamos muy bajos. Realmente nos estamos peleando siempre con los peores países del mundo, como Brasil, donde existe muchísima discriminación, y se mezcla con otro tema de México: la impunidad", señala María Romero, presidenta de la asociación El Clóset LGBTTTIQA+.
A pesar de todo lo que se ha logrado, debemos mencionar que casi 3 de cada 10 personas han tenido que abandonar su casa antes de ser mayores de edad y la misma proporción ha sufrido violencia escolar por su identidad, esto de acuerdo con datos del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred).
En México los primeros colectivos sociales que surgieron para expresar la diversidad fueron SEXPOL y el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, asimismo, los grupos conformados por mujeres lesbianas Ákratas, Lesbos y Oikabeth, considerada la primera organización pública de mujeres lesbianas. Todos estos colectivos mantenían un constante debate sobre el contexto social y político del país con la finalidad de forjar planes de visibilidad y desestigmatizar a la comunidad LGBTTTIQA+, además de lograr estos objetivos, las agrupaciones de mujeres lesbianas tienen en su agenda la liberación de la mujer y la lucha contra el patriarcado, como se sigue haciendo hasta ahora.
Sin embargo, a pesar del gran avance de la visibilidad de nuestra comunidad, aún falta mucho camino por recorrer sobre todo en el ámbito de igualdad e inclusión laboral, ya que ciertas organizaciones siguen fomentando la discriminación, misma que inicia con la exigencia ilegal de pruebas de VIH-SIDA a personas que cubren una vacante, inclusive se presentan actos sutiles de discriminación como malos tratos, trabajo extra, chantajes, estigmatización y rechazo físico.
En México a un 50% de las personas de la comunidad LGBTTTIQA+ les han negado, sin justificación válida, una oportunidad o ascenso laboral, según la Encuesta sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (Endosig 2019) del Conapred y, frente a estas situaciones, “Exhorta no sólo a la comunidad LGBTTTIQA, sino a la sociedad en general a usar todas las herramientas legales disponibles para denunciar la discriminación”, menciona María Romero.
Es tiempo de reconocer a las personas como seres humanos y enfocarse en sus capacidades y potencialidades porque así es como se logra el éxito, formando personas capaces, con iniciativa, conscientes y entusiastas. El hecho de ser una persona lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual, queer, sexual, pansexual o no binaria, no debe ser un impedimento para el éxito, porque la vida se trata de ser y hacer más, porque debemos entender que pertenecer a la comunidad LGBTTTIQA+, no es una decisión que se toma, es una realidad que se afronta.