Para pensar

Hablemos de educación contable

Por Yair Donovvan Santillán Pérez
Universidad Anáhuac México, campus Norte

Colegio de Contadores Públicos de México, Gaceta Entre Letras y Números

La realidad económica es un sistema complejo. Esto significa que está compuesta de partes que interactúan entre sí y que generan comportamientos no evidentes a partir de la observación individual.

La técnica contable nos permite someter esa realidad económica al análisis estricto, que hace posible que demos a conocer información útil para la toma de decisiones mediante la valuación y presentación de los efectos de las transacciones y transformaciones internas que afectan a la estructura financiera de un ente económico dado.

En otras palabras, el método contable nos proporciona, en un lenguaje numérico-monetario, una visión del estado actual de un ente económico dentro de la dinámica económica. Para ello, define periodos arbitrarios de medición y se hace de herramientas conceptuales que permiten identificar los hechos contables.

Me gustaría ser aún más enfático: al inicio viene la realidad económica y después la aplicación del método. Por tanto, el contador es, en primer lugar, un observador y, finalmente, un traductor.

Así pues, la educación que es necesario que reciba el futuro contador no debe limitarse a la enseñanza del método contable, sino que debe incorporar visitas constantes al reino de la ciencia económica e incluso a la psicología (¿podríamos imaginar a un contador exitoso que tenga miedo de tomar una decisión basado en sus propias observaciones?), dado que sólo así es posible preparar correctamente a profesionales capaces de comprender el significado real de ser representantes de una disciplina de interés público.

Aquí tienen una gran responsabilidad los profesores y académicos que diseñan y ejecutan los planes curriculares. Es inevitable que se hagan preguntas relacionadas con la propia Filosofía de la educación y tengan que hacer frente a los retos propios de dicha disciplina.

Recordemos, en suma, que se tiene que educar a personas:

  1. capaces de interactuar con un sistema complejo,
  2. que tengan una íntima relación con la subsistencia misma de sus actores (economía), y
  3. que puedan traducir a un lenguaje consensuado (y regulado) los hechos relevantes que afecten a la entidad económica de su interés.

Todo lo anterior debe efectuarse pensando siempre en el bienestar público.

Además, estos profesionistas deberán hacerse cargo del análisis posterior de la información misma para auxiliar a los entes a comprender su posición actual para proyectar su futuro.

Sin duda, es una tarea titánica.