Legado familiar Novoa
Por Bernardo Novoa
Universidad Panamericana

El Colegio de Contadores Públicos de México es una organización gremial afiliada al Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) y su misión consiste en fortalecer el conocimiento técnico y práctico de los profesionistas contables y afines en la Ciudad de México al ofrecerles más de 300 cursos al año, al igual que diplomados, maestrías y foros, entre otros.
Mi bisabuelo, Héctor Antonio Novoa López, fue un notable y admirado contador egresado de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA). Él entró al Colegio poco después de su fundación en 1949. Tuvo el puesto de tesorero del instituto hasta 1968, en la época cuando Wladimiro Galeazzi Mora fungió como presidente del Colegio. Fue en este tiempo que la contabilidad en México realmente se transformó, ya que se emitieron los primeros boletines azules en los que se describieron las normas básicas de contabilidad. Además de participar activamente en el Colegio, mi bisabuelo también daba clases en la ESCA y en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y su influencia en el Colegio creció mucho más, ya que se especializó en Contabilidad de Costos. Además, llegó a ser reconocido por el notable contador Jorge Barajas Palomo en su libro Maestros precursores de grandeza (2012), donde lo mencionó con lo siguiente:
La bella máxima latina Affectio Societatis me lleva de nuevo a recordar hoy con entrañable emoción a don Héctor Novoa, maestro inolvidable de incontables generaciones de contadores públicos del Instituto Tecnológico de México (hoy ITAM) y notable precursor de la difusión de la cultura contable a cargo del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, nuestra Federación de Colegios.
[…] el Maestro Héctor Novoa funda en el ITM la Cátedra de Contabilidad de Costos –a la cual supo imprimir esa única cualidad de autoridad, conocimiento y profunda seriedad que a las cátedras les corresponde en la historia–. Héctor nos regaló muy pronto a sus exigidos alumnos la verdad de un interior amable, suave, sencillo y en extremo amigable, que la rigidez de su deber docente lo obligaba a envolver bajo a una actitud implacable dentro del aula y a la hora de calificarnos.
Por su parte, mi abuelo, Héctor Antonio Novoa Cota, siguió los pasos de mi bisabuelo y estudió Contaduría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), generación 63-67. Él ha estado muy participativo en diferentes actividades dentro del Colegio. Inició su carrera profesional en PwC como auditor, donde adquirió experiencia en contabilidad y auditoría. Después de cuatro años, se incorporó a diferentes compañías de seguros, para las que laboró en distintas funciones por más de 20 años. Sin embargo, siempre le llamó la atención la parte técnica contable, por lo que posteriormente decidió incorporarse a Deloitte. No fue sino hasta llegar a este despacho que se especializó en instrumentos financieros.
En 2006, las cuatro grandes firmas de México (Deloitte, PwC, Ernst & Young, y KPMG) acordaron crear un comité dedicado a la emisión de normas contables que tuvieran que ver con instrumentos financieros. Después, dicho comité fue "absorbido" por el Consejo Mexicano para la Investigación y Desarrollo de Normas de Información Financiera (CINIF), fundado por José Manuel Canal, quien asumió la función y responsabilidad de la emisión de la normatividad contable en México. Mi abuelo estuvo involucrado en la emisión del boletín C-2, Instrumentos financieros, así como en otros boletines, si bien C-2 fue el más importante al perfeccionar las ya establecidas normas regulatorias de los instrumentos financieros. Actualmente, mi abuelo se dedica a dar cursos de contraloría en el Colegio.
La siguiente generación familiar fue la de mis papás, egresados de la Universidad Panamericana, generación 94-98. En concreto, mi papá, Juan Novoa López, inició su carrera profesional en KPMG, en la que estuvo durante 5 años y después se cambió al sector de seguros para finalmente establecerse en el sector hotelero. En su época de estudios, participó en varios cursos del Colegio, gracias a los cuales adquirió la experiencia y habilidad técnica necesarias para su carrera profesional.
Por último, estoy yo, Bernardo Novoa Orozco, la cuarta generación de contadores públicos de mi familia. Si bien, en lo personal me siento afortunado y orgulloso de estar en una familia llena de contadores y de seguir la línea del legado familiar, sobre todo me siento emocionado del futuro y de tener la posibilidad de aportar mi máximo en esta bella y noble profesión.
- Barajas, Jorge, 2012, Maestros precursores de grandeza. Contadores Públicos del siglo XX, 2024, de Libros UNAM:
https://www.libros.unam.mx/digital/v2/V55.pdf