Para pensar

¡De vuelta al humano!

Por Yair Donovvan Santillán Pérez
Universidad Anáhuac México, campus Norte

Colegio de Contadores Públicos de México, Gaceta Entre Letras y Números

¿No es cierto que escuchamos hablar mucho acerca de la macroeconomía, del Estado, de las corporaciones? No sería raro, después de tanto, creer que el mundo es sólo el resultado indirecto de las interacciones de estos "grandes entes" y que cada individuo no existe sino en la medida en que participa en alguno de ellos, condición que sería tremendamente triste. Vamos a ver…

Por un momento imaginemos a un estudiante de Contabilidad, Economía o Finanzas: se encuentra sentado en un pupitre mirando un libro. Digo "mirando" porque, bajo esa deprimente idea de que sólo queda dejar que la corriente nos lleve en dirección del "macroente" al que estemos destinados, no le quedan a nadie deseos de leer nada, ¡qué va! Si al final "ha de ocurrir lo que tenga que ocurrir".

Quizá hemos permitido, sin demasiados miramientos, que haya un exceso de "institución" dentro del corazón del individuo. Ello va en contra del individuo, claro, pero también en perjuicio de la institución porque ¿quién se atreve a ser él mismo o ella misma?, ¿quién toma la iniciativa para innovar?

Usemos un ejemplo clasiquísimo: el dilema del prisionero establece que la falta de comunicación y, por tanto, de confianza, nos hace conservadores. Nos pone a la defensiva. En este caso ocurre lo mismo: si dentro de cada ente la totalidad de sus miembros actúa según "lo que se debe hacer" sin definirlo por completo, sin cuestionar si nos dirige al cumplimiento de nuestros objetivos o, peor aún, ¡sin siquiera saber qué objetivos perseguimos!, entonces la suma del comportamiento de todos los miembros ha de derivar necesariamente en inacción, falta de confianza y defensividad.

Volvamos al caso concreto de la educación. Tenemos que devolver al estudiante el deseo de aprender, ése que sólo se consigue mediante el deseo de "ser" y de "existir"; es decir, mediante el contacto pleno con la realidad objetiva. Sólo un individuo puede ser responsable; corremos el riesgo de quedarnos exclusivamente con un protocolo carente de significado si perdemos a los individuos.

El contador público es en verdad un profesionista vital para el desarrollo económico del país, al auxiliar al Estado y a las corporaciones. Este desenvolvimiento se logra mediante la protección y optimización de los patrimonios de nuestros clientes. La responsabilidad que tenemos es real y es importante. Si no somos capaces de comunicar a los estudiantes el hecho de que son personas con un deber y una misión honorable, nos quedaremos con miles de autómatas cuyo único objetivo será cumplir con unas normas "tal cual están", con el menor costo posible.

Tenemos que comunicar que cada letra tiene un sentido, que cada número es importante. No sólo para el cumplimiento de un "perfil laboral" o del "capricho legislativo", sino para la protección de clientes con familias que depositan su confianza en las manos de un profesional. La realidad económica está tan imbuida en el quehacer diario y sustento de las personas que no es una exageración decir que estamos cuidando vidas.

Educadores, ¡ése es el deber! ¡Traer de vuelta al humano que actúa y eliminar al autómata que sigue órdenes que no existen! ¡Salvar al individuo es salvar a las instituciones!

Si para cumplir esa tarea hemos de volver a las bases mismas del conocimiento para que, en su análisis, podamos intuir dónde se encuentran esos humanos que perdimos, entonces ¡manos a la obra! Éste es el primero de cuatro artículos en los que indagaremos acerca de nuestra mayor arma, la filosofía de la educación, que ha de permitirnos rediseñar el ambiente pedagógico actual en el que se desenvuelven los estudiantes, con el objetivo de transmitir, además de técnicas, también valores y responsabilidades intrínsecas al quehacer de un contador público.


Breves consideraciones sobre la IA y la era digital

Por Francisco Wiechers Lazo
Universidad Panamericana

Colegio de Contadores Públicos de México, Gaceta Entre Letras y Números

Década de 1930, Bletchley Park, época y lugar en donde Alan Turing, uno de los grandes pioneros de la Inteligencia Artificial (IA), haría historia. Turing, con su llamado "juego de imitación", consiguió emular y automatizar tareas humanas de una manera eficiente, al grado de lograr un hito hasta entonces imposible: romper el código enigma usado por los nazis para enviar comunicaciones sin ser descubiertos durante la Segunda Guerra Mundial. El código enigma era brillante, dado que, pese a que todos podían verlo, era insignificante si no se contaba con la clave usada por el emisor, a quien, tras introducirla y presionar una tecla, la máquina devolvía una letra distinta a aquella de la tecla que seleccionó al inicio, por lo que existían miles de millones de combinaciones posibles, lo que hacía complicado en extremo su descifre. El juego de imitación y las máquinas que Turing elaboró en Bletchley Park en la época, gracias al proceso que generaban, tuvieron un papel crucial en el desempeño de la guerra.

Uno pensaría que se trató de un acto por completo loable y aplaudible, y quizás lo fue. Sin embargo, a casi 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, podría pensarse que Turing en cierta medida se equivocó. No es que se pretenda despreciar el hecho de que salvó millones de vidas, además de que influyó en gran medida a vencer a la Alemania nazi, entre otras cosas, sino que se pretende introducir el análisis que se desarrollará a continuación.

El análisis al que me refiero comienza con la conocida trampa de Turing, que en términos generales consiste en creer que una máquina es útil o no en la medida en que pueda hacerse pasar por un humano. Es decir, la IA hace mímica con tareas o habilidades humanas habituales, en lugar de ser utilizada para actividades ejecutadas con menor frecuencia, o labores que, de forma cotidiana, resultan imposibles para el ser humano. Esto ha desembocado en elegir entre el humano y la máquina en diversas ocasiones, con lo que se ha generado una competencia entre ambas.

Es cierto que los temas complejos tienen diferentes aristas y este caso no es la excepción. La competencia que menciono en el párrafo anterior hoy se ve plasmada más que nada en el campo laboral, pues hace poco varios trabajadores fueron reemplazados de modo parcial o total por la IA. Y no sólo eso, en ocasiones el reemplazo al que me refiero hace que el trabajador cambie de inmediato hacia otras tareas con las que no estaba familiarizado antes, lo que puede ocasionar resultados deficientes y eventuales despidos. Según un estudio realizado por el grupo estadounidense de banca de inversión, Goldman Sachs, la IA pone en riesgo actualmente a 300 millones de puestos laborales a nivel mundial. Puede que, en materia económica, lo anterior sea muy beneficioso para las empresas que buscan de modo constante la reducción de sus costos operativos, pero es fundamental considerar que abrirá más la brecha de desigualdad entre la clase obrera y los dueños de las grandes corporaciones, que continuarán incrementando sus riquezas. A mi parecer, no se ha reparado lo suficiente en el asunto, dado que una solución ética se esconde detrás de debates sumamente complicados.

Otra arista importante es la que conforma el aspecto oferta-demanda. La IA, quizás de modo indirecto, ha ido transformando al consumidor y su comportamiento, pues cada vez se esperan resultados más rápidos, completos y eficaces. Diversos artículos de la firma de servicios profesionales EY hacen referencia al omnisumer, término que por lo general utilizan para definir al nuevo consumidor en el sector energético. Dicho consumidor se caracteriza por tener presencia dinámica en múltiples sectores, lo que hace necesario que se generen distintos productos, se desarrollen actividades en distintos ecosistemas y, por ende, se requieran diversas soluciones y servicios.

Precisamente, el valor agregado de los servicios de EY en la referida industria se encuentra en que, de manera simultánea, se satisfacen todas esas necesidades, sin tener que recurrir a terceros que presten servicios adicionales para dicho fin. Sin embargo, considero que eso comienza a vislumbrarse en prácticamente todas las industrias, pues cada vez son más sonados los casos de empresas que requieren diversos servicios (a menudo nuevos y relacionados con la IA) y por lo general contratan a aquellos oferentes que sepan satisfacer todas sus necesidades, por lo que podría decirse que, de la mano con el omnisumer, irá creciendo lo que podría referirse como omnisupplier, aquella empresa o persona multitask y multifacética que satisfaga los requerimientos del omnisumer.

Otro aspecto relevante que señalaré (hay muchos más, pero en esta ocasión me gustaría mencionar tan sólo tres) es el giro que la IA y la transformación digital están ocasionando en las licenciaturas. Cada vez son más las carreras universitarias que se unen a la revolución e incluyen cátedras de gestión de datos, gestión de la IA, innovación digital, o bien, que toman un enfoque data driven. En México, son sobre todo las universidades privadas las que comienzan a llevar a cabo dicho proceso. Lo anterior va muy de la mano con lo que señalé de modo previo sobre el omnisupplier, pues es claro que las herramientas de las cátedras mencionadas cada vez cobrarán más relevancia en todas las áreas profesionales y que quienes cuenten con estos instrumentos tendrán una ventaja competitiva sobre aquellos que no.

Durante siglos, uno de los grandes retos de la humanidad ha sido la alfabetización, es decir, hacer que todas las personas aprendan a leer y a escribir. Hoy, se añade a ello un reto similar pero concerniente a la IA, la gestión de datos y la adopción de las nuevas tecnologías. Aun cuando es cierto que la IA aporta soluciones de valor a tareas de fácil automatización, genera también una competencia entre el humano y la máquina. Si bien debería ser usada más para problemas que el humano no puede resolver, en lugar de destinarse de modo exclusivo para los fines previamente expuestos, no deja de ser importante tomar acción en la transformación digital y aprender a entender y usar correctamente la IA, pues no hacerlo puede desencadenar un crecimiento en la brecha de desigualdad económica, condenar a generaciones enteras al statu quo, así como tener graves repercusiones demográficas y sociales. Por todo lo anterior, se vislumbra un sombrío panorama para quienes no adopten la tendencia en cuestión.


  • Referencias de Breves consideraciones sobre la IA y la era digital
    • Goldman Sachs, 26 de marzo de 2023, The Potentially Large Effects of Artificial Intelligence on Economic Growth (Briggs/Kodnani), 2024, de Key4biz:
      https://www.key4biz.it/wp-content/uploads/2023/03/Global-Economics-Analyst_-The-Potentially-Large-Effects-of-Artificial-Intelligence-on-Economic-Growth-Briggs_Kodnani.pdf

      • Guthridge, Greg, 20 de octubre de 2021, A medida que los consumidores lideran el camino, ¿cómo pueden los proveedores de energía iluminarlo?, 2024, de EY:
        https://www.ey.com/es_mx/power-utilities/how-energy-providers-can-light-the-path

        • Guthridge, Greg, 29 de noviembre de 2022, When energy hits home, will providers be left out in the cold?, 2024, de EY:
          https://www.ey.com/en_gl/power-utilities/when-energy-hits-home-will-providers-be-left-out-in-the-cold

          • Sankaran, Aparna, 20 de octubre de 2021, The rise of the "omnisumer" offers energy providers an opportunity to create a sophisticated customer experience, 2024, de EY:
            https://www.ey.com/en_gl/news/2021/10/the-rise-of-the-omnisumer-offers-energy-providers-an-opportunity-to-create-a-sophisticated-customer-experience